Si consigo rescatar al niño que escondido llevo dentro, desaparecido casi por completo no por olvido sino por desaprendizaje, habré rozado sin duda la felicidad.

La vida es algo serio, pero también es un juego en el mejor sentido de la palabra, …es un
laberinto de sorpresas, de posibles encantamientos, de emociones primeras que a veces acuden a la memoria accionadas por el recuerdo de un olor, imagen ó situación concreta. Ese bagaje arraigado en lo profundo de la memoria, permanece puro ahí a la espera de ser revivido, como recordatorio de la lejana infancia, donde sólo cabía la sorpresa y la alegría, en el descubrimiento de la vida misma.

Cierto que uno no puede despojarse de quien es, edificado sobre los sucesos de la propia vida, pero sí puede “refrescarse” de ella recuperando parte del don inocente y sabio que nos hizo fluir como niños en los años lejanos de la infancia, cuando la mirada se ejercía siempre con ojos nuevos, sin la inercia de los pensamientos que distraen de esos aconteceres novedosos.

Enlaces de interés

[row cols_nr=»2″]

[col size=»6″]

Acceso a la galería completa de la serie

Galería serie Juegos de Infancia

[hr style=»striped»]

[/col]

[col size=»6″]

Contacto

Escríbeme

[hr style=»striped»]

[/col]

[/row]