Mientras tanto “el mentiroso profesional” ejerce su interesada función con total impunidad, amparado por el estamento al que representa que premeditadamente cierra filas junto a él para conseguir su propósito de manera tramposa; no importa si falta a todos el respeto, que tanto daño causa a la sociedad ya que genera desconfianza y descontento y en consecuencia inestabilidad.

Al mentirosional podría llamársele polifacético, no porque ejerza diferentes actividades sino por las diferentes caras que le caracterizan, duras como el cristal y opacas como la noche.

Tampoco le importa si “donde dije digo, digo Diego” y viceversa, todo sea por servir al propósito ruin de confundir y manipular, arrimándose el ascua a su sardina aunque su efecto sea dañino, como de hecho lo es. Estos señores no sirven a la causa común, ni mucho menos; se sirven así mismos.

El mentirosional se caracteriza por la teatralidad y el frío y entrenado semblante con que realiza sus enunciados que tanto confunden a las personas crédulas e inocentes; otros sin embargo, sabedores del engaño, lo apoyan por el hecho de compartir el mismo interés ó ser afines al sujeto que aprovecha ésta circunstancia cómplice para crecerse aún más en su propia e interesada mentira.

A muchos de éstos personajes comienza a vérseles el plumero aunque de momento no les importe nada ésta circunstancia y persistan en su engañosa estrategia, insultando con su actitud a la inteligencia de la ciudadanía.

…¿Qué les dirá el espejo cuando se miran? …a él si que no pueden engañarlo.

No obscurezca más el sombrío escenario en que vivimos; váyase a hacer puñetas señora ó señor mentirosional; respétese mostrando respeto a los demás aunque esto sea mucho pedirle a usted que por trepar ó enriquecerse es capaz de cualquier cosa.

¿Cómo es posible que en un país democrático se practique tanta falacia? y ¿hasta cuando va a durar ésto?

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