Prólogo
S.O.S.TENIBLE es un proyecto que aboga fundamentalmente por la salud del planeta y el equilibrio social.
Engloba diferentes áreas de las artes visuales, cada una de las cuales se ocupa, bajo las consignas de la reivindicación y la denuncia, de hacer una llamada de atención a la responsabilidad individual de cada uno en la tarea del cuidado y conservación del entorno, así como en la recuperación de los valores humanos fundamentales en claro declive en una sociedad materialista, injusta e irresponsable que da como resultado la segregación social, la desigualdad y un ecosistema global cada vez más deteriorado e INSOSTENIBLE, cuestiones diametralmente opuestas al desarrollo de la sociedad en su conjunto y de la propia individualidad del ser
Siento una gran admiración y respeto por el trabajo y mensaje que transmiten artistas como Lucio Muñoz, Andy Goldsworthy, César Manrique, Hundertwasser, Alvaro Tamarit y otros muchos. Artistas recicladores algunos de ellos, pero sobre todo respetuosos con el medio-ambiente; …para mí son un referente en éste sentido; para la tierra son conciencias planetarias capaces de convertir desechos ó simples retazos de naturaleza en obras de arte; gentes como ellos son un buen ejemplo y guía de lo que es hacer un uso más que S.O.S.tenible de los residuos que generamos.
Con tanto material “inservible” del que disponemos tenía que comprometerme e intentar mi aportación en éste sentido.
Cada pieza de las diferentes series, va acompañada de un escrito de introducción hacia la misma, bajo el mismo título.
El eje central de éste proyecto se basa principalmente en la utilización de materiales de uso cotidiano, obsoletos ya para el fin que fueron creados, dándoles nueva vida y en consecuencia evitando que sus restos contaminen la tierra en el proceso, a veces muy largo, de degradación y vuelta a la misma.
Reciclar es una sana y responsable tarea de la que todo humano debería ser consciente a tenor de la implacable y evidente respuesta que la naturaleza con sus sacudidas viene descargando de manera más dura cada vez.
Todos deseamos un mundo mejor para las generaciones venideras pero qué hacemos para contribuir a ello? …un gran sector de la población: nada en absoluto, amparándose en la cómoda y auto-engañosa idea de que la aportación individual en éste sentido, es muy pequeña y no sirve de mucho; de ésta manera se eximen de una responsabilidad fundamental que a todos incumbe por igual puesto que nadie está libre de sufrir las consecuencias de los avisos que la madre naturaleza está mandando cada vez con mayor intensidad y frecuencia; hay una coartada cínica por parte de quienes quieren mirar para otro lado: se justifican diciendo que gracias a la abundancia de medios de comunicación, sabemos muchas más noticias (y es verdad), pero según ellos, en realidad “siempre hemos tenido la misma situación respecto a los desastres naturales”, …en éste ultimo punto, algunos, no estamos de acuerdo en absoluto; eso no es así, el termómetro no se equivoca.
El consumo muchas veces irresponsable de agua y electricidad y la mala gestión de los residuos, son otro factor que perjudica seriamente nuestro ecosistema; producir ambos lleva un coste tanto económico como medioambiental que podríamos reducir haciendo uso más consciente y responsable de ellos al tiempo que gestionamos de manera más correcta nuestros residuos, evitando en lo posible contaminar y tirarnos piedras a nuestro propio tejado, que será también el de las generaciones venideras.
Somos el “Primer Mundo” entre otras cuestiones por la abundancia de recursos que nos han permitido desarrollarnos y dotarnos de un gran confort y avance tecnológico y social a pesar del momento tan difícil y obscuro por el que estamos atravesando …occidente es el gran afortunado en éste sentido y sin embargo es el área del planeta que más daño le causa a pesar del beneficio económico que ésta posición de privilegio reporta. Somos por otro lado el área del planeta que más riqueza genera, gran parte de la cual se halla oculta e inmovilizada en los cerca de ochenta paraísos fiscales; ¿no es contradictorio e injusto?… ¿no somos conscientes acaso de que los recursos son limitados y que la tierra que nos sostiene es un ente vivo al que estamos aniquilando al tiempo que generamos un sistema social que trae cada vez más insostenible pobreza?
…Vemos con asombro por otro lado cómo en las cumbres internacionales del clima, que comenzaron en 1972 en Estocolmo, sobre la producción de gases de efecto invernadero, los mandatarios no llegan a acuerdos en un asunto tan grave como éste, sin desarrollar urgentemente políticas sostenibles al respecto que permitan la regeneración paulatina de la biosfera, entre otras cuestiones, de vital importancia para la vida en la tierra; aún así resulta esperanzador como en la última cumbre del clima(Octubre de 2016 en Paris) los mandatarios de diferentes países han mostrado consciencia al respecto y buena voluntad …a ver si se cumplen los acuerdos y no caemos de nuevo en los errores del pasado reciente; me refiero a la cumbre de Kioto 1997 que aún recordamos como un gran fiasco, dados los resultados posteriores. …tengo entendido que hubo países que compraban los cupos de toneladas de gases de emisión a países subdesarrollados, para poder emitir más allá de los acuerdos adquiridos en el protocolo. …cosas así no deberían ser tolerables para nadie; el aire nos pertenece a todos, tanto como el equilibrio del ecosistema, del que todos somos responsables.
Sin ir más lejos, las políticas en éste sentido, no sólo no ayudan sino que penalizan en ocasiones a quienes trabajan por la labor como ocurre con los productores de energías alternativas en nuestro país, que en lugar de ser incentivados para que poco a poco los sectores de energías más sucias y contaminantes se vayan reconvirtiendo: encuentran justamente la realidad contraria como así lo demuestra la normativa vigente en nuestro país. La cuestión es que no hay políticas que den equilibrio a éste gran dilema, encontrando un punto de inflexión entre la «economía y producción» y la «sostenibilidad y ecología», cuestiones tan necesarias y urgentes ya para la propia supervivencia de nuestra especie en un futuro no muy lejano.
Bajo mi punto de vista, el crecimiento irracional al que nos ha llevado el ansia de riqueza, así como el consumismo (no el consumo necesario para que la economía funcione), genera tal cantidad de residuos que el planeta no puede digerirlos sin consecuencias graves. No hay equilibrio que facilite un desarrollo sostenible.
…Ante tan difícil y globalizado dilema y dada la impotencia y frustración que esto produce, sólo cabe el aporte individual contribuyendo desde nuestra humilde posición y posibilidad, reciclando y concienciando al respecto a quienes siguen bajo el efecto de ésta pandemia generalizada que conlleva una mezcla de inconsciencia, dejadez y soterrado egoísmo.
…Unidos todos en éste sentido, tal vez podríamos conseguirlo.
…Cada grano de arena de una playa es necesario para componerla.
Hay buenos ejemplos en la historia de la humanidad de verdadero amor y respeto a la tierra, …a veces me viene a la memoria el manifiesto sobre ella que el jefe indio americano Noah Sealth, más conocido como jefe Seattle, escribió en forma de carta en 1854 al presidente de los Estados Unidos Franklin Pierce. Es fácil encontrarlo en internet; ese es un buen ejemplo al menos para mí; es una proclama digna de leerse. Recuerdo también, a veces, como éste mismo hombre se asombraba cuando a su pueblo se le propuso comprarles las tierras por parte de los que “llegaron después”… el asombro era total para él: “¡¡cómo la tierra podía comprarse ó venderse!!”.
Lógicamente, ahora, los tiempos han cambiado y hay que apostar por el progreso, pero pienso que no hay que perder de vista el coste residual de nuestro modo de vida ya que el planeta tiene una capacidad limitada de digerir los desechos que producimos, por tanto, si forzamos ese equilibrio, la tierra se resiente y se sacude las pulgas de vez en cuando como viene sucediendo con fatales consecuencias.
Pero volviendo a lo anterior, a mí también me causa asombro ver en qué poco tiempo ha cambiado todo tanto, tan sólo en un siglo y pico. El crecimiento está muy bien si no es irracional y nocivo para las generaciones posteriores e insisto que no se debe perder de vista nunca como afectan los residuos al tema medio-ambiental: es el futuro de nuestros hijos y nietos;
las consecuencias ya están ahí a nuestras puertas.
Hay uno entre muchos casos que ilustran la “depredación” sin igual que ejercemos en el planeta: es bueno saber, que se han extinguido en cien años más especies que en toda la historia de la humanidad y la estadística, según los estudiosos del tema, va en aumento; cada día se pierden especies que ni siquiera conoceremos. Puede parecer nimio esto y justificarse como el coste necesario del inevitable e imprescindible progreso, pero si las consecuencias del mismo suponen un daño posterior tan grave, el equilibrio se rompe dramáticamente produciendo los resultados que estamos viviendo; es necesario reflexionar sobre ello ó tenemos el tiempo contado, no así la tierra que en cualquier caso nos engulliría y volvería a regenerarse sola, como un episodio más de su existencia.
Me esfuerzo constantemente en evitar una visión agorera ó apocalíptica de las que enseguida te tachan cuando nombras éste asunto tan incómodo para ciertas conciencias y bolsillos.
Creo que podemos hacer mucho si despertamos y ponemos voluntad y trabajo desde nuestra pequeña parcela.
Tampoco soy un defensor de la utopía, aunque sí de su componente romántica; entiendo por un lado que todo parte primero de la educación cívica y planetaria que contribuya a despertar la consciencia de los niños desde sus hogares y escuelas; esto como sabemos, es un capítulo que llevaría a un largo debate comenzando por la educación de los mayores, como punto primero etc. etc.. En segundo lugar no hay verdadera voluntad internacional para crear planes eficaces en lo económico y en lo social, para reconvertir esos sectores contaminantes (en un plazo razonablemente rápido, dentro de lo que la dificultad de éste proyecto permita). Sabemos que de éstas industrias dependen muchas familias así mismo a las que habría que recolocar en esos sectores ya reconvertidos. No soy experto económico y por tanto entiendo que mi visión puede parecer ingenua, utópica y demasiado elemental en cierto modo, pero eso da igual, lo que importa es labrar un futuro mejor y reparar las goteras que han salido en nuestra casa común antes que se resquebraje del todo y nos caiga encima.
No es fácil pero está al alcance de todos ser un grano de arena en la playa y en lo posible no contaminarla. Hemos de comprometernos todos; es el deber moral y el respeto que debemos a las generaciones venideras.