Silenciosa está la pequeña caja,
guarda en las entrañas su voz de metal

y aunque silenciosa lleva en el recuerdo
su poder sonoro forjado con fuego.

La pequeña caja con alma de orquesta
va girando notas: su pieza maestra;

lanza su lamento a cada rincón,
su timbre penetra toda la mansión.

Nacida en las manos del que fue su padre:
músico artesano, huérfana de madre.

Triste melodía causa de aflicción,
lleva el pentagrama en el corazón.

La pequeña caja, timbre de metal,
apunto está siempre si la hacen girar.
… …

…Ahora ya en silencio, muda ya la orquesta,
su canto ha cesado, no le queda cuerda.

Duerme caja duerme, duerme allá en tu cuna;
la noche te canta, te baña la luna.

Con el paso lento el tiempo ha pasado,
el polvo la cubre… calla su lamento.

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