Tras ésta serie prevalece la intención de exaltar la belleza no convencional.
Muchas veces la idea que hay sobre la belleza, no responde a otra cosa que al influjo de las modas y los convencionalismos

…sin ir más lejos, sabemos que en el siglo XIX, las mujeres más hermosas y atractivas eran redondas y blancas como la leche, en contraste con la idea que ahora tenemos sobre la belleza femenina.

Por tanto el concepto que tenemos sobre lo bello en general, es subjetivo y en algunas áreas de la estética, sometido y manipulado a veces a capricho por los gúrus que dictan las modas y costumbres que un gran porcentaje sigue a ciegas.

Para ver hay que querer ver, sin prejuicios ni barreras psicológicas.

Por otro lado la materia, como todo, evoluciona y cambia de apariencia incluso de estado; va vistiéndose de una pátina que cuenta la historia de su paso por la vida igual que un rostro arrugado muestra el mapa de su existencia.

Esta serie trata pues de mostrar sobre todo la belleza que encierra la materia en sí, bajo la máxima de que todo está en permanente cambio y nada pues permanece estático en un universo en movimiento.

Todas las fuerzas de la naturaleza interactúan entre sí modificando la apariencia de las cosas por lo que el resultado estético cambia con el paso del tiempo y esa pátina ó rastro que deja en su proceso evolutivo, es el motivo central de ésta serie.

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