Instalación

Recuerdo cuando hace algún tiempo, comentaba un astrofísico en televisión sobre una estrella que dista de la tierra ocho mil millones de años luz (no lo escribo en cifras para que no parezca que tengo mal el dato y se me haya podido colar algún cero de más).
Tras un intento frustrado de echar cuentas, la cifra en kilómetros resultaba sobrecogedora y no digamos el tiempo del que hablaba; al final la sensación era como una especie de vacío difícil de explicar, en el que uno se siente minúsculo de verdad.
Somos realmente pequeños y frágiles en éste infinito océano de estrellas y a pesar de ello poseemos una gran capacidad depredadora que llevamos con nosotros como un sello marcado a fuego, repitiendo siempre la misma pauta: reconstrucción tras la destrucción …lo peor es cuando el daño causado por la acción depredadora, origina grandes secuelas haciendo muy larga y penosa la tarea de reparación ó el daño es definitivamente irreversible.
Estas dos instalaciones tratan de lo frágil que es el equilibrio natural al que debemos proteger con nuestra actitud y forma de vivir.
Todos los nidos recogidos en éste conjunto a lo largo del tiempo por diferentes personas, reúnen en común los siguientes requisitos: absoluta certeza de estar abandonados por sus moradores y por supuesto no tener huevos ni pollitos en el momento de la recogida.

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Galería serie Muy frágil II

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