Cualquier ingenio que emite luz ejerce un cierto poder de fascinación, como sabemos; el observador no solo se enfrenta al objeto emisor, sino también al espacio y camino que éste muestra con su chorro de fotones.

Si hay alguna joya de la arquitectura con ésta capacidad lumínica, es el faro que indefectiblemente cautiva a quien lo contempla, ya sea durante el día, cuando su alma de luz duerme, como en la noche, desplegando su saludo y abrazo como si de aspas luminosas de un gran molino se tratara, abarcando lo inabarcable bajo su destellante guía.

El faro es norte y señal, imprescindibles para los caminantes, donde la tiniebla y la luz se combinan mostrando su mágico poder, hasta donde el curvado horizonte le permite …es como la expresión poética de los caminos de agua y sus navegantes de allende otras tierras.

Enlaces de interés

[row cols_nr=»2″]

[col size=»6″]

Acceso a la galería completa de la serie

Galería serie Centinela

[hr style=»striped»]

[/col]

[col size=»6″]

Contacto

Escríbeme

[hr style=»striped»]

[/col]

[/row]